Parroquia

HISTORIA DE SAN AMADOR DE TUCCI


San Amador de Martos, primer Santo de la Diócesis de Jaén, fue hijo de padres cristianos, que a pesar de que en el siglo IV, Tucci (ahora Martos) estaba bajo el dominio del imperio árabe, conservaban la religión cristiana. Se ignora el nombre de sus padres, aunque si se conoce que tuvo hermanos.

Siendo muy joven, San Amador fue a Córdoba a estudiar, ciudad que entonces era la cabecera del Imperio Árabe, y donde “florecían los estudios y las Letras Sagradas”. Debido a que en Córdoba se recibía una mejor formación que la que podría recibir en aquellos tiempos en Martos, el padre de San Amador, viendo que era bueno para su hijo Amador, también se fue con sus demás hijos a Córdoba. Según unos escritos de San Eulogio, San Amador era un joven muy aplicado a los estudios, no sólo en literatura, sino en valores tales como prudencia y honestidad, por lo que atraído por la vida casta y el servicio de las iglesias, estudió y fue ordenado sacerdote.

En aquella época, reinaba en Córdoba Mahomad I, hijo de Abderramán II, gran enemigo y perseguidor de cristianos, del que heredó su odio hacia la Iglesia Mozárabe, a la cual perseguía. Con tan sólo decir algo en el nombre de Cristo, eran ejecutados.  San Amador, “encendido en deseo de martirio y celo de la religión” todo ello nacido de su ardiente amor a Cristo, se puso en contacto con dos amigos suyos cordobeses: el más intimo, Luís, hermano de S. Pablo diácono (que fue martirizado en el año 851) y pariente de San Eulogio, y un monje cuyo nombre era Pedro.

Estos tres amigos, impulsados por el amor a Cristo y con la fortaleza del Espíritu Santo, decidieron predicar el Evangelio, confesando públicamente el nombre de Jesucristo, único Señor, negando de este modo toda credibilidad hacia el falso Mahoma. Los prendieron, y se los llevaron con la orden de que fueran ejecutados a muerte con la mayor brevedad. Los tres jóvenes, encabezados por nuestro Santo Patrón, seguían alabando a Dios, hasta el momento en el que fueron ejecutados.

Estaban condenados a ser degollados. Su martirio fue el último día del mes de abril (30 de abril), en el año 855, siendo rey Mahomad. El tirano mandó echar los santos cuerpos en el río Guadalquivir, para que fueran comidos por los peces para que los cristianos no pudieran darles sepultura ni conservar ninguna reliquia. El cuerpo de San Amador no apareció. Por el contrario, el de Pedro fue sepultado en el monasterio de Peñamelaria, de la Sierra de Córdoba y el de Luís, en la villa de Palma.

Aunque el martirio de San Amador fue el 30 de abril, en Jaén, y sobre todo en Martos, se celebra su festividad el 5 de mayo, puesto que anteriormente había otro rito introducido el 30 de abril.

Bibliografía:
“La historia de San Amador según fr. Juan Lendínez”
“Vida de San Amador según un autor jiennense del siglo XVII”
Mi Patrón 2ª Época




HISTORIA DE SANTA LUCÍA DE SIRACUSA





Se estima que Lucía nació en Siracusa, Italia, en el 281 de nuestra era.
Siracusa era una importante ciudad griega que fue tomada por los romanos en el 212 y era considerada una de las más importantes de la provincia de Sicilia.

El cristianismo había llegado a través del obispo Marciano, enviado por San Pedro. Y San Pablo estuvo allí tres días de paso hacia Roma.
Cuando nació Lucía, la comunidad cristiana era numerosa y había en el lugar templos y catacumbas.

Lucía pertenecía a una familia que provenía de la nobleza terrateniente. El padre murió cuando tenía cinco años. Su madre se llamaba Eutiquia.
Los cristianos del lugar peregrinaban todos los años a la ciudad de Catania, para venerar los restos de Santa Águeda, que había muerto en el 251, durante le persecución de Dedo.

Águeda era venerada por los cristianos, pero sobretodo era muy conocida por los numerosos milagros que había operado. El 5 de febrero de 301, fiesta de la santa, Lucía y su madre peregrinaron hasta Catania para rogar por la curación de Eutiquia que sufría de hemorragias desde hacia cuarenta años.

En el templo Lucía se durmió y en sueños se le apareció Águeda diciéndole: "Lucía, ¿por qué me pides lo que tú misma puedes conceder? Tu fe ha alcanzado gracia y tu madre está curada".
Al despertarse, Lucía le contó a su madre el sueño y Eutiquia descubrió que estaba completamente curada.
El suceso sirvió para que madre e hija iniciaran una relación más estrecha. Lucía le confió que había decidido consagrarle su vida al Señor y Eutiquia le anticipó que había decidido dejar en sus manos su cuantiosa fortuna.

A su regreso, Lucía comenzó a vender sus bienes y a repartirlo entre los pobres. El hecho fue interpretado por las autoridades como un claro indicio de que Lucía se había hecho cristiana.
Un joven que había manifestado su intención de casarse con Lucía y que no fue correspondido, se dejó llevar por su resentimiento y la denunció ante el prefecto.

Pascasio era quien gobernaba Siracusa. La detuvo y cuando la comenzó a interrogar, Lucía le dijo: "Usted trata de agradar por todos los medios al emperador y yo pongo lo mejor de mi para agradar a Dios. Haga lo que tenga que hacer que yo me comportaré como dicte mi espíritu".

Pascasio dispuso que la atormentaran a lo cual le dijo Lucía: "Dios ha dicho: Cuando los conduzcan ante los reyes y antes los tribunales de los príncipes no se preocupen de qué dirán o cómo se habrán de defender, porque entonces no hablarán ustedes; será el Espíritu Santo el que hablará por boca de ustedes".

Pascasio se enfureció diciendo: "Te llevaré a un lugar de perdición así se alejará el Espíritu Santo".
Pascasio hizo llamar a los soldados para llevar a Lucía, pero no pudieron. Luego hizo traer bueyes, y tampoco lo logró. Convencido de que Lucía era una bruja dispuso quemarla, pero las llamas no le causaron daño alguno. Entonces decidió decapitarla.

Antes, Lucía se dirigió a la muchedumbre y les anticipó que la persecución contra los cristianos estaba llegando a su fin y que, llegaría la paz para la Iglesia. Y les profetizó que su memoria iba ser venerada en Siracusa y en Catania. Fue decapitada el 13 de diciembre de 304.
Hoy el nombre de Lucía y Águeda se mencionan unidos en la liturgia cristiana.

El cuerpo de Santa Lucía fue depositado en las catacumbas que reciben su nombre y es considerada la santa de los siracusanos. Su culto se extendió a otros lugares de Europa y llegó también a América y África. Su nombre se incluyó en la misa a partir de 604.
Desde antiguo se la considera la protectora de la vista por los prodigios que se le atribuyen
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LA PARROQUIA
A continuación le mostraremos una serie de fotografías del interior de nuestra parroquia.

(EN CONSTRUCCIÓN)




ERMITA DE SANTA LUCÍA
A continuación le mostraremos una serie de fotografías de la ermita.

(EN CONSTRUCCIÓN)


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